jueves, 26 de noviembre de 2015

Tercer destino: Sidney, Australia

 
      Nuestro tercer destino fue Sidney, Australia. Probablemente sea la ciudad más fascinante que halla visitado en esta vuelta al mundo. Situada al noreste de país, es la ciudad más grande y poblada de Australia, con una población en su área metropolitana cercana a los 4.034.000 de habitantes.

Primeramente, me desperté con dolor de cabeza. Me duché y hice las maletas mientras mi compañera bajó a pedir un paracetamol. Cuando terminé de componer las maletas, mi compañera entró. Traía cinco pastillas. Me tomé una y nos marchamos del hotel. Nos desplazamos a la parada del autobús. Este acudió y nos pudimos subir. Mi compañera se durmió por el camino. Yo lo intenté pero no paraba el dolor de cabeza. Al cerrar los ojos, el autobús paró. Ya habíamos llegado al aeropuerto. Al entrar me di cuenta de que llegábamos tarde, pero todavía no había salido. Nos subimos al avión y al sentarnos en la silla, nos dormimos. Al despertar, noté que mi cabeza ya no me dolía. En ese momento el avión ya había aterrizado en la autopista de el Aeropuerto Internacional de
Kingsford Smith. Nos costó levantarnos de aquella silla tan cómoda. Era como si te hubieras sentado en una nube o incluso en algodón. Se notaba que era una silla nueva porque las demás estaban más gastadas. Salí del avión y cogí mis maletas. La abrí para coger mi tablet y observé de que no era mi maleta. Se lo dije al guardia. Este se lo comunicó al jefe. Le describí mi maleta y a los diez minutos, me la trajo rápidamente. Le di las gracias y me marché al hotel en taxi. Al ver el taxi no podía creer de que era en el que me iba a subir. Era un taxi muy gracioso con forma redonda. Era muy chulo.               
El taxista al vernos la cara se echó a reír. Nos subimos pero no había sitio para las maletas. Entonces yo me subí en uno y mi compañera en otro. Al llegar al hotel nos dieron la llave y subimos. Nuestra habitación era muy hermosa y luminosa. Las vistas eran a un parque limpio y bello. Deshicimos las maletas y nos trajeron la cena a la habitación: salmón y de postre una tarta de merengue. Al terminar nos dormimos.




      Nos despertamos muy descansadas y nos trajeron el desayuno: crepes y un vaso de café. Después decidimos desplazarnos a Maly Sea Life, un acuario de todas las especies marinas. Nos trasladamos en taxi hasta el acuario. Una vez en la entrada, observamos que había que pagar la entrada. Entonces, mi 
 metió su mano el el bolsillo y se dió cuaenta de que no lo tenía. Nos pusimos nerviosas porque quizás se nos halla caido en el taxi, ya que le hbíamos pagado, o en la calle. Nos pusimos a buscar y no lo encontrabamos. Un hombre nos ofreció ayuda. Aquel hombre se puso a buscar con nosotras. Aquel individuo nos habló de que quizá un individuo nos lo había robado. Pero, en ese momento, una mujer se nos acercó y nos dió la cartera. Nos dijo que se lo había encontrado en un arbusto de la entrada. Menos mal ue ya teníamos la cartera. Le dimos las gracias y le invitamos a un cafe después. Seguidamente, nos dirigimos a la entrada. Una vez dentro, era impresionante. Los animales pasaban por debajo de nosotras como si nada. Me parecía muy gracioso y, a la vez, interesate. Los animales se volvían para  


contemplar a aquellas personas que le fotografiaban o le admiraban. Por otra parte, nos adentramos en aquellos túneles. De repente, se nos apareció una buzos en el interior del agua. Estos nos saludaron amablemente. Como podeis observar en la fotografia de abajo, los buzos estaban al lado del tiburón

como si nada. Después, nos dirigimos a la salida para desplazarnos al hotel. Cogimos un taxi, que nos costó bastante encontrarlo, y nos trasladamos a la Catedral de Santa María. Santa María es la iglesia más grande de Australia, aunque no es el más alto. Se encuentra en College Street, en el corazón de la ciudad de Sydney, donde, a pesar del desarrollo de gran altura de la Sydney Central Business District (CBD), su imponente estructura y agujas gemelas que sea un punto de referencia de todas las direcciones. En 2008, la Catedral de Santa María se convirtió en el tema central del Día Mundial de la Juventud 2008 y fue visitado por el Papa Benedicto XVI. Primeramente, entramos y nos captó 

nuestra atención fue que era muy luminosa y bastante amplia. Me encantó esta catedral. Sobre todo porque antigua.

Por ultimo, decidimos ir al hotel andando dando un paseo. Durante el camino me encontré una moneda de 2€, pero española. ¡Qué suerte! Después llegamos al hotel y nos trajeron la cena: lubina y de postre un mus de chocolate. Al acabar de cenar, nos dormimos al instante.

      Al día siguiente, me desperté muy temprano. Me duché y bajé esta vez a desayunar. El desayuno fue el siguiente: un cruasán, unas tostadas y un zumo de naranja. Seguidamente, mi compañera y yo nos diriguimos a Luna Park Sidney. Un parque fascinante, donde te puedes divertirte  y montarte en famosas  atracciones. Cojimos el taxi y nos desplazamos allí. Al llegar, nos sorprendimos de la cantidad de personas que había en la entrada para pasar. Nos pusimos en la cola. Pasaban los minutos y cada vez teníamos menos ganas de entrar. Cansadas y aburridas, llegó nuestro momento de entrar. La entrada nos costó 23€ por persona. Por fin entramos a Luna Park. Desde la entrada se veía cada una de las atracciones que más me fascinaban. En ese momento imaginabamos lo divertido que nos lo ibamos a pasar. Primeramente, nos dieron un mapa de aquel terreno. Observando el mapa, me dí cuenta de que había unas fabulosas atracciones de agua. Ya que nos habíamos traído el bikini, nos trasladamos a aquellas atracciones. Había numerosas atracciones de agua, pero decidimos primero montarnos en una atracción que tenía unos toboganes enormes un de diferentes formas. Al final de la atracción había una boca  impresionante, con más de 2 metros de altura. Por lo tanto, nos tiramos por el tobogán y caímos a una piscina. En esa atracción estuvimos durante 15min. Después, nos desplazamos a una monttaña rusa que estaba encina del agua. Eso asustó a mi compañera y decidió no montarse. Pero yo si me montéporque me gustaba bastante. Por otra parte, nos dirigimos a un cine en 3d que duró aproximadamente 1h y media. Posteriormente, nos trasladamos a una noria gigante. Después nos desplazamos a una caída libre y nos marchamos. Cojimos un taxi y nos fuimos al hotel.

       Al día siguiente nos fuimos a China. Un nuevo destino.



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